Como ya hemos comentado en otras ocasiones, en la mayoría de los casos la cuestión del espacio suele ser un tema fundamental a la hora de amueblar habitaciones juveniles. No obstante, como hemos visto, existen multitud de recursos para economizar espacio (literas, camas-block, escritorios ocultos…). La cuestión es saber distribuir bien los muebles. En un dormitorio juvenil se suelen distinguir dos o tres zonas en las que tenemos que pensar a la hora de amueblar una habitación juvenil para respetar sus necesidades concretas independientemente de los muebles elegidos. Las zonas son estas:
1. Zona de descanso
Es el espacio en el que situamos la cama (con posibilidades de más o menos almacenamiento dependiendo de las necesidades). Se suele aprovechar algún rincón de la habitación tranquilo que no se utilice para otra función. Generalmente se apoya sobre un par de paredes, no obstante, si están ocupadas y hay suficiente espacio, se puede situar en el centro de la habitación. Si tenemos en cuenta algo de Feng-Shui, sería preferible que desde la cama se viera la puerta y que el cabecero estuviera colocado en la pared norte de la habitación de forma que los pies apunten hacia el sur.
2. Zona de estudio
En esta zona es imprescindible una mesa o escritorio y algún módulo y estanterías para el almacenaje. Es recomendable situarlo cerca de la ventana para aprovechar al máximo la iluminación natural de la habitación y es preferible que esté orientado hacia el oeste, punto cardinal ideal para estudiar y trabajar ya que se asocia con la generación de energía.
3. Zona de juegos
Es un espacio que debe estar más o menos libre para realizar actividades de ocio: tocar un instrumento, realizar ejercicios de gimnasia, bailar… También es interesante que aproveche al máximo la iluminación natural y puede tener algún elemento para almacenamiento (como estanterías), para sentarse (aunque muchas veces se aprovecha la propia cama) o alguna alfombra para poder extenderse sobre el suelo. No obstante, lo importante al fin y al cabo, es que el conjunto sea funcional a la vez que estético y, sobre todo, que la persona que tiene que habitarlo esté y se encuentre a gusto.